Creo que en el entrante mes de mayo, un mes mariano, bien valdría la pena el compartir esta devoción familiar.
Virgen de San Juan de los Lagos o Cihualpilli: Pequeña imagen de la Virgen María en su advocación de la Inmaculada Concepción, considerada milagrosa y venerada en la ciudad de San Juan de los Lagos, en el estado de Jalisco, de la cual es patrona. La cual es visitada por millones de peregrinos al año llegados de todos los rincones de México, parte de los Estados Unidos, América Latina y lugares de Europa, es la segunda más visitada en México después de la Virgen de Guadalupe en el Cerro del Tepeyac. Usualmente, también es llamada con el nombre de Sanjuanita o Santa Juanita de los Lagos.
Fue Fray Antonio de Segovia primer evangelizador en este poblado, encomendando a Fray Miguel de Bolonia el cuidado pastoral de esas tierras, logrando pacificar la región, congregando a los errantes y refundando pueblos con indios ya cristianizados, donando una imagen de la Limpia Concepción al poblado de San Juan Bautista, en poco tiempo la imagen quedo olvidada y deteriorada en la sacristía de la pequeña capilla hecha de adobe y techo de paja, no fue si no hasta el año de 1623 que la imagen comenzó adquiriendo admiración debido a lo que se le conoce localmente como El Primer Milagro. Esta virgen es muy milagrosa.
Según la leyenda basada en testigos oculares fue una familia de cirqueros que se dirigían a la ciudad de Guadalajara la cual llegó a descansar a esta región, trayendo con ellos varios espectáculos, entre ellos el de una niña que brincaba en un trapecio sobre una cama con dagas, en un acto, la niña no equilibra bien y cae sobre la misma provocándole la muerte inmediata. Poco antes del entierro de la niña, una indígena llamada Ana Lucia, esposa de Pedro Andrés, la cual se encargaba de cuidar la pequeña capilla, al ver el dolor de los padres de la niña pide llevar a una pequeña imagen, la cual ella llamaba La Cihualpilli lo cual significa La Gran Señora, diciendo que era muy milagrosa; ya que en ocasiones la imagen cambiaba de lugar de la sacristía al altar en el transcurso de la noche en repetidas ocasiones, y la colocó en el pecho de la niña quien con este hecho volvió a la vida. También se cuenta que el dueño en agradecimiento se llevó la imagen a Guadalajara donde fue restaurada por unos ángeles; lo cual advirtió una vez que quiso pagar el trabajo de reparación y los responsables habían desaparecido.
En el año de 1904, después de varias solicitudes desde 1900, se recibió en la ciudad de Guadalajara el 29 de enero la respuesta afirmativa del Papa Pío X para la coronación litúrgica de la imagen de Nuestra Señora de San Juan, adquiriendo la facultad para imponer canónicamente la corona de oro a la Virgen el Excmo. Señor Arzobispo de Guadalajara, Lic. Don José de Jesús Ortiz, coronándola solemnemente el día 15 de Agosto del año 1904 con una corona encargada al Instituto Pontificio de Artes Cristianas de Benzinger Brothers en la ciudad de Nueva York, así como los dos ángeles colocados uno en cada lado de la imagen para sostenerla llevando una cinta semicircular en la parte superior, grabada con la inscripción: Mater Inmaculata. Ora Pro Nobis (Madre sin defecto, ruega por nosotros), con una altura de 18 centímetros y elaborada con oro de 18 quilates.
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