Jardin des pamplemousses (Isla Mauricio)Gabriel Fauré (1845-1924) compuso trece barcarolas durante un amplio período de cuarenta años, entre 1881 y 1921. Pieza musical escrita en el estilo de las canciones de los gondoleros venecianos, el género de la barcarola lleva un ritmo que recuerda el remar del gondolero y evoca el vaivén de una barca que se adentra en canales palaciegos o en estanques donde reposan flores acuáticas, entre reflejos de árboles y cielos.
No sé la razón, pero siempre establezco una relación entre la música de Fauré y la literatura de Marcel Proust (1871-1922), contemporáneo del músico. Es como si "bebieran del mismo pozo". Es por eso que a la inversa de poner un texto y ambientarlo con música, ahora es el texto el elemento en dehors para esta magnífica música. Para Proust, el reino vegetal le permite a elaborar comparaciones y enseñanzas:
El nenúfar no flota sobre el agua, sino sobre el espejo del cielo, que cambia sin cesar para seguir siendo siempre el mismo, alrededor de las corolas de matices más fijos, con aquel mundo que hay más profundo, más fugitivo, más misterioso, con aquel mundo que contiene lo infinito. El nenúfar aparta dos mundos, el de la tierra y el del agua, como el cuerpo pegado al suelo y el espíritu que flota en la fluidez. Luz inmaterial que comunica dos mundos.
(Por el camino de Swann, de su extensa obra En busca del tiempo perdido)
Barcarolle Núm. 1, opus 26
http://www.youtube.com/watch?v=s-hHdQ8FXTM
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