Aventuras geográficas (2) ... Cáceres, la ciudad de las cigüeñas

Ya que por ahí hablamos de cigüenas, me viene un recuerdo:

- ¡Mira eso! - grité de forma inesperada, a lo que mi amiga se detuvo sorprendida.

- ¿Quéeee?-

- ¡Es una cigüeña! - le dije señalando el techo de una iglesia, mientras paseábamos en la ciudad española de Guadalajara. Y mi amiga se rió de que algo tan común me suscitara tal emoción.

Fue la primera vez que vi una cigüeña en vivo. Luego me las volví a encontrar en Burgos, Ávila, Alcalá de Henares y Alentejo (Portugal). Pero la ciudad de las cigüeñas es Cáceres en Extremadura.

Cáceres tiene uno de los cascos antiguos más bonitos de España. Está tan bien conservado que adentrarse en la noche por sus callejuelas es una experiencia fantástica. Uno pensaría que a la vuelta de la esquina se va a encontrar a un caballero extremeño luciendo su capa y espada. No hay tantos turistas y su casco histórico está bien delimitado en cuanto a las actividades comerciales y habitacionales (claro, solamente algunas familias de prosapia lo habitan).

Pero lo que es fascinante es oir por la ciudad el sonido que hacen las cigüeñas con sus picos, además de que hacen unos enormes nidos que son tan pesados que pueden hacer venir abajo a los techos que los sostienen. Definitivamente, la verdadera aristocracia del lugar se encuentra en estos animales que con su porte y elegancia, rematan torres, iglesias y palacios.

Extremadura tiene fama de ser tierra de conquistadores. De esta región son Hernán Cortés y Francisco Pizarro. No sé, a lo mejor la cigüena que me trajo a Mérida, no salió de París, sino de un campanario extremeño... :-)