De la Mérida perdida y recobrada... (4)

Balcones del centro de Mérida como estaban a principios de los 80's
Qué fusión de estilos, y esa cabeza de un personaje con penacho de plumas algo Art Déco. La entrada de esta casa está en la esquina (Calle 63 x 54). Creo que ahora son las oficinas de las Farmacias Canto.

Me parece que las figuras verdes son de terracota policromada. Se aprecian en los arcos de los balcones, en las figuras femeninas de las jambas del balcón izquierdo, debajo del balcón largo, en el angelito de la entrada de la casa y en otras ornamentaciones. Alguien me contó que los antiguos dueños al vender la casa arrancaron estos ornamentos. Me parece que no, porque ya me hubiese dado cuenta que he pasado ya varias veces por esta casa de la calle 59 entre 52 y 54, en el tan meridano barrio de La Mejorada.

Este balcón me gustaba porque tenía ornamentos de barro rojo y las proporciones en general me parecían muy elegantes. (Calle 63 entre 52 y 54)


En las últimas semanas he estado mirando con detenimiento mi ciudad. Y es que aunque tengo esa afición a las "cosas antiguas" y/o a las "piedras viejas", caigo en la cuenta que hay un pasado cercano que me atañe y que mis ojos ven camino al trabajo, yendo de un lado para otro. Y mi reflexión gira a que aún hay cosas por las calles que merecen atención y siguen presentes dentro de la historia de la muy noble y leal ciudad de Mérida.


Recordé que cuando adolescente tomaba algunas fotos de las fachadas del centro de Mérida. Estoy hablando de hace unos más de 25 años.... Eran tardes que ahora veo fantásticas (¿me estaré haciendo viejo?) cuando iba caminando de casa hacia la Alianza Francesa como a las 4 de la tarde. Será mi imaginación pero me parece percibir que no existía a esa hora el tráfico que hay ahora y caminaba diría que casi solo, con algún coche que pasaba y removía el aire caliente. Mérida a esa hora salía de la siesta y el sol reverberaba por las paredes de las casas antiguas. Ahora las vuelvo a ver, convertidas en comercios o bodegas, algunas descuidadas y otras no, otras remozadas por algún extranjero, lo cual se agradece aunque con interiores con un cierto gusto ecléctico pero ciertamente sin ese savoir être yucateco, y recuerdo esa idea escuchada alguna vez de que las ciudades son dinámicas y no estáticas, y parte de su vida per se, es el estar transformándose contínuamente. Pero no dejo de sentir ese extraño sentimiento de nostalgia por las cosas pasadas y que no se volverán a ver.


El caso es que encontré entre mis cajones algunas de aquellas fotos. Y pienso que sería productivo volver a hacer lo que hace muuuchos años hice: detenerme a mirar mi ciudad con ojos de admiración y enamoramiento... y atraparlas para la posteridad... :-)


Nota: las fotos las tomaba con mi camarita instamatic aquellas planas (otra cosa para la historia, jejejej)

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