De rosas de antaño (2) ... ¿Quién diablos es Caroline Testout?

Rosa Madame Caroline Testout

Esta pregunta me hice cuando escribí la lista de rosas que se vendían en Mérida allá por los años veinte. Pues resulta que fue una mujer muy inteligente y visionaria.
Madame Caroline Testout fue una couturiere, una modista del siglo XIX, o más bien lo que actualmente llamaríamos una diseñadora de modas, nacida en Grenoble, que llegó a tener salones de modas en Londres y París. Viajaba a Lyon para surtirse de sedas y demás telas siendo que en la misma ciudad vivía Joseph Pernet-Ducher, uno de los más famosos hibridizadores de rosas. A Madame Testout se le ocurrió como buena campaña publicitaria, el escoger una de las nuevas plantas de Pernet-Ducher y ponerle su nombre. Pero Pernet-Ducher vislumbro el riesgo para él mismo y su reputación, de que la rosa escogida por Madame Testout quizás no iba a ser tan buena. Pero la predecesora de Coco Chanel, se mantuvo firme y no cambió su elección.
Fue así que en 1890 en su salón de modas, en el show de primavera, presentó su rosa a los clientes y empezó a tener un gran éxito entre los amantes de la jardinería. A los dos años la Royal Horticultural Society (Londres) le otorgó un Premio al Mérito. Cuatro años después H J Pemberton, Vice-presidente de la National Rose Society y reconocido hibridizador, reconoció que era, si no la mejor, una de las mejores rosas de los últimos siete años.
Fue bien acogida en EEUU, tan así que la ciudad de Portland (Oregon) fue conocida como "La ciudad de la rosa", cuando llegó a tener medio millón de plantas de esta variedad, repartidas por toda la urbe.
Madame Caroline Testout fue una mujer muy sagaz, intuitiva y aunque al parecer no pasó a la historia como Worth, Poiret o Chanel, su fantástica campaña publicitaria fue muy acertada y continúa literalmente viva por todo el mundo más allá de su tiempo y región... ¡Viva la intuición femenina!
CHAPEAU.... (Me quito el sombrero)
Nota: Pernet-Ducher también le dedicó una rosa a su esposa. Pero Madame Pernet-Ducher no llegó a tener tal fama y difusión. En casa del herrero...

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